Martes 1 de Noviembre de 2022.
Hoy ha sido un día muy intenso pero ha estado estupendo. Ya se ha formado el grupo y la verdad es que está muy bien. El guía y el conductor también son estupendos.
A lo que vamos, una vez que estábamos ya todos en el autobús (marca Irizar) y con las maletas, hemos salido camino del casco viejo de Tel Aviv llamado Jaffa, que en realidad es el antiguo puerto de Tel Aviv.
La ciudad portuaria de Jaffa aparece en unas tablas del Antiguo Egipto de hace más de cuatro mil años. Se sabe, por tanto, que el Puerto de Jaffa estuvo en uso desde la Edad de Bronce y que sus primeros habitantes fueron los cananeos, seguidos por bizantinos, islámicos, cruzados, otomanos y hasta el mismísimo Napoleón Bonaparte. A mediados del siglo XX, Jaffa estaba bajo el Mandato Británico. Tras la guerra árabe-israelí que sacudió a todo el país, Jaffa pasó de estar mayoritariamente habitada por árabes a ser un núcleo principalmente judío. En 1954, las dos ciudades se unieron dando origen a Tel Aviv-Yafo y Jaffa pasó a ser un barrio más de Tel Aviv.
El símbolo otomano más representativo de Jaffa y de la actual Tel Aviv es la Torre del Reloj, construida en 1903. Para conmemorar su 25 aniversario al frente del Imperio, el sultán Abdul Hamid II ordenó levantar cien torres en todas las ciudades que estaban bajo su control. La Torre del Reloj de Tel Aviv es una de las siete torres que se construyeron en el actual Estado de Israel.
Después ya hemos salido hacia el norte hasta llegar a Cesárea. Cesárea Máxima fue fundada en el siglo I a.C. por Herodes el Grande, rey de Judea y vasallo de Roma, quien quiso homenajear al emperador romano bautizando esta nueva ciudad en honor al César.
En los siglos II y III, Cesárea se convirtió en una de las ciudades orientales más influyentes del Imperio Romano. En el periodo bizantino, este núcleo romano comenzó a recibir a los primeros padres del cristianismo hasta que, en el año 639, Cesárea fue invadida por los árabes.
A partir de aquel momento, la ciudad romana fue decayendo y pasó por manos de los franceses, los ingleses, cristianos del este y musulmanes. Con la llegada de los Cruzados, recuperó parte de su esplendor y llegó a ser capital de Israel, pero también este capítulo se cerró y Cesárea quedó abandonada para convertirse finalmente en un importante yacimiento arqueológico.
El acceso a las ruinas de Cesarea puede hacerse desde dos entradas. La entrada norte, también llamada Puerta de los Cruzados. Desde aquí es posible recorrer las murallas de la antigua ciudad hasta llegar al puerto. Y la entrada sur que se corresponde con el teatro romano.
Los lugares más significativos del sitio arqueológico son:
Teatro romano: El yacimiento mejor conservado es el teatro romano de Cesárea, la primera gran construcción de Herodes en Judea. Se ubica justo frente al mar, una característica muy poco común en obras de este calibre. Aunque disfrutar de este hecho único sigue siendo posible gracias a las obras teatrales que se representan cada verano en Cesárea.
La piedra de Pilato: Esta milenaria roca con una inscripción que menciona a Poncio Pilato es el único vestigio que confirma la existencia del gobernador que, según la Biblia, ordenó la crucifixión de Jesús. La piedra se encontró en el teatro romano, que hoy exhibe una réplica. La original se expone en el Museo de Israel.
Hipódromo: La segunda construcción mejor conservada de Cesárea es este anfiteatro romano que fue utilizado también como hipódromo. Con capacidad para más de 15000 asistentes, esta gran construcción oval fue escenario de las famosas carreras de cuadrigas.
Palacio de Herodes: Los restos del que un día fue un majestuoso palacio literalmente a orillas del mar sorprenden por la opulencia y el gusto exquisito de su dueño: el rey Herodes.
A continuación nos hemos dirigido a Haifa. No tiene mucho que ver pero Haifa es el epicentro de la llamada Fe Bahaí. De hecho aquí se encuentra el llamado Centro Mundial Bahaí y los famosos Jardines Colgantes Bahaís.
El bahaísmo o Fe bahaí es una religión monoteísta que sigue las enseñanzas de Baha ́ullah, un hombre santo que nació en Persia en el siglo XIX y que según sus seguidores fue el precursor de la búsqueda de la paz mundial.
Declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, estos majestuosos jardines escalonados coronan la ladera del Monte Carmelo y se han convertido en el símbolo por excelencia de Haifa. Se trata de 19 terrazas colgantes decoradas con flores, siguiendo el estilo de los antiguos jardines persas. Coronando los Jardines de Bahaí se encuentra el Santuario del Báb y su brillante cúpula dorada, de más de 40 metros de altura.
Los jardines estaban cerrados pero el autobús ha dado una vuelta para que pudiéramos sacar la foto hipermegamala pero es lo que hay.
Hemos comido en Acre, en un sitio típico en mitad de la calle, pero estaba todo muy bueno.
Por la tarde visita de la Fortaleza de la Orden de los Hospitalarios. Esta histórica fortaleza de Acre dio refugio a la Orden de los Hospitalarios, religiosos dedicados a fundar hospitales para atender a los peregrinos que visitaban Tierra Santa hace siglos. Pasear por el recinto es transportarse a otra época, sobre todo al adentrarse en la famosa Sala de las Columnas.
Hemos acabado en Safed, que es la ciudad más elevada de Israel, con 850 m de altitud, así como una de las cuatro ciudades santas del judaísmo. En el siglo XVI acogió a muchos eruditos y doctores de la fe, en su mayoría sefardíes expulsados de España por la Inquisición, a los que posteriormente se unieron las comunidades jasídicas de Europa central. Este centro de la vida intelectual judía se convirtió en el principal centro de estudios de la cábala.
Aquí ya se empiezan a ver muchos judíos ortodoxos.
El hotel está en un kibbutz y no está mal. La cena muy buena.
Olga a pesar del esguince de tobillo, ha hecho la excursión completa.
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